Hacia una recuperación transformadora. La crisis nos ha golpeado, pero al mismo tiempo ha sondeado la capacidad de los lideres y lideresas para recuperar a sus sociedades en todo ámbito.
La crisis nos ha golpeado, pero al mismo tiempo ha sondeado la capacidad de los lideres y lideresas para recuperar a sus sociedades en todo ámbito.
Según el documento Instituciones resilientes para una recuperación transformadora post pandemia en América Latina y el Caribe Aportes para la discusión, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE, 2020), la confianza pública en las autoridades y el asesoramiento brindado por los expertos han demostrado ser activos importantes para enfrentar la pandemia.
Ha sido crucial redescubrir la importancia de la ciencia y la toma de decisiones acertadas e inmediatas. En ese sentido se ve la necesidad de un manejo de información científica, y mayor conocimiento de datos de parte de los líderes y gobernantes en el mundo.
El documento, dirigido por Cielo Morales, directora del Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social, destaca la importancia de un asesoramiento permanente para aquellas personas que asuman el liderazgo en sus países tanto en organización, protocolos y estrategias.
Tal como Martí i Puig y Alcántara lo señalaron, gestionar una crisis de gran complejidad requiere sobre todo gestionar la inteligencia colectiva en lo que se refiere a la respuesta médica, organizativa y política; en este sentido, la falta de solidez institucional ha impedido a los gobiernos de muchos países responder de forma solvente a las necesidades urgentes provocadas por la crisis.
Es por eso que, para los especialistas, trabajar en los liderazgos de la región supone fortalecer las capacidades de los actores gubernamentales y no gubernamentales con la meta de mejorar las prácticas, profundizar las democracias y aprender a conducir instituciones, rompiendo antiguos
paradigmas e instalando la idea de que la sociedad solo se puede construir mediante la creación, la gestión y la evaluación conjuntas.
A su vez nos plantea una metodología y una serie de competencias para aquellos líderes que ayudarían a sanarnos de la crisis.
Desglosamos las habilidades que un líder en estos tiempos debería desarrollar:
i) Liderazgo en contexto: capacidad para comprender adecuadamente el contexto económico, social y político, u otras dimensiones, así como sus potencialidades latentes para el cambio.
ii) Liderazgo personal: capacidad de exploración personal para identificar activos, fortalezas y debilidades relacionadas con el propósito de impulsar cambios beneficiosos para el entorno.
iii) Liderazgo visionario: capacidad para interpretar la realidad y dar forma a las visiones colectivas sobre el futuro. Capacidad para crear y comunicar significados compartidos sobre un problema o una etapa histórica.
iv) Liderazgo de equipos: capacidad para construir equipos efectivos. En este ámbito hay tres dimensiones particularmente relevantes, a saber, el reclutamiento, la comunicación, y el empoderamiento y el desarrollo del liderazgo entre los miembros del equipo.
v) Liderazgo organizacional: capacidad para crear organizaciones efectivas y cuidar de ellas, poniendo atención al propósito y el diseño organizacional, a los cambios internos y externos, y a la construcción de comunidades inclusivas.
vi) Liderazgo político: capacidad para tomar decisiones en diferentes espacios, arenas o ámbitos, como el legislativo, el ejecutivo o el administrativo. Capacidad para formar coaliciones que apoyen las propuestas de cambio.
vii) Liderazgo ético: capacidad para sancionar conductas y adjudicar disputas en diferentes arenas, así como para discernir lo que es ético y legítimo.
viii) Gestión de políticas: capacidad para coordinar los objetivos del liderazgo en el transcurso de un ciclo de cambio político.
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA:
Instituciones resilientes para una recuperación transformadora
pospandemia en América Latina y el Caribe Aportes para la discusión.