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DESAFÍOS PARA LA INCLUSIÓN


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Siempre nos vamos a encontrar con un mundo rural lleno de demandas y conflictos; pero también con diálogos y avances. Por ende también hay un sinfín de propuestas y proyectos.

Hay que transformarnos

 

Siempre nos vamos a encontrar con un mundo rural lleno de demandas y conflictos; pero también con diálogos y avances. Por ende también hay un sinfín de propuestas y proyectos. Ahora compartimos algunos apuntos tras el Foro internacional Desafíos para la inclusión educativa, la transitabilidad y el derecho al trabajo de la juventud rural.

 

No cabe duda de que la educación ha sido una de las principales banderas que nuestros pueblos originarios han ondeado en su permanente desafío para reafirmarse y ser respetados en sus múltiples diversidades. La misma educación técnica es un intento de respuesta a las necesidades del mundo rural. Sin embargo, no ha logrado responder a esas realidades, ni por cobertura, ni por oferta ni por calidad.

 

En el contexto actual, es necesario reflexionar cómo la transitabilidad debe ser vista, más que como un mecanismo para acercar a los y las jóvenes al empleo, como una forma de facilitar su acceso a la educación superior, además de un derecho y una garantía de desarrollo para su territorio y su gente.

 

Nos preocupa la juventud rural y la educación superior. Nos hemos preocupado por diseñar e implementar políticas diferenciadas de acceso. Lo que se buscó en la mayoría de países latinoamericanos fue programas de acción afirmativa, modalidades de ingreso por cuotas que pretendían dar atención particular a jóvenes excluidos de la educación básica y superior. Estos programas no desaparecieron; pero empezaron a ser discutidos en los países porque respondían a modelos que no necesariamente iban de la mano con la realidad de las sociedades rurales latinoamericanas, cuyos elementos particulares las diferencian de las sociedades rurales europeas o estadounidenses.

 

Otra línea buscó, tener como políticas de educación superior, un equilibrio entre la oferta educativa y la demanda laboral. Demasiado reto. Esto generó que nuestra educación superior tuviera una mirada más popular de lo rural para ofrecer carreras que permitan a los jóvenes de áreas rurales transitar hacia el mundo del trabajo en actividades tradicionalmente ligadas al mundo rural. Dentro de este marco, en la región se elaboraron programas de formación en cadenas de valores que buscaban dar valor agregado a estos rubros para generar carreras asociadas a ellos. Las escuelas rurales andinas fueron una muestra de ello, ya que se estudiaba en el mismo lugar en el que se trabajaba. Belleza de ejemplo.

 

Finalmente, la tercera línea se enfocó en el diseño de una oferta educativa mucho más diversificada a las características de la población rural de la región. Ejemplos claro de esto fueron nuestras universidades Indígenas e Interculturales que se desarrollaron en la región en todas sus variedades. Estos programas semipresenciales reconocían la limitada posibilidad de asistencia a las zonas urbanas, que era donde se concentra la oferta educativa superior en toda la región.

 

Sin embargo, estas líneas y programas le prestaron poca atención a las transformaciones que atraviesan tanto el mundo rural como los jóvenes que lo habitan. Como puede apreciarse en el esquema de la transformación rural trabajado por Julio Berdegué, la transformación rural está fundamentalmente caracterizada por cuatro elementos:

 

-       El primero implica a la diversificación de las economías rurales, que ha dado grandes avances en las dinámicas de territorios. Las economías rurales ya no son solo tradicionalmente productivas, sino que se le ha agregado un valor a su producción o han empezado a tener un rol mucho más dinámico producto de un conjunto de programas impulsados desde los estados latinoamericanos.

-       El segundo tiene que ver con la relocalización de la población rural. La existencia de un despoblamiento del área rural ha puesto en evidencia que las viejas nociones y categorías son insuficientes para los continuos movimientos que se están desarrollando en estas regiones.

-       Un tercer elemento está relacionado con el fortalecimiento de los vínculos entre lo rural y urbano, no solo en el aspecto económico, sino también en el político. En las sociedades rurales latinoamericanas es cada vez más frecuenta la idea de territorios funcionales, pequeñas ciudades que funcionan muy de la mano de los territorios rurales y cuyo vínculo las estrecha.

-       El cuarto se alinea con la reducción de la distancia cultural entre el mundo rural y urbano, producto de un mayor nivel de comunicación que debilita la idea de la lejanía de la ruralidad, aun cuando existen problemas de acceso. Sin embargo, esto ha ido cambiando y es punto de partida para las transformaciones que parecieran ser inevitables en la transformación rural.

 

Aún cuando existen problemas estructurales, como situación de pobreza, sesgo de género, y condicionamientos territoriales, los y las jóvenes rurales, tienen más años de escolaridad que sus padres y madres, están mejor y más conectados, desarrollan una identidad rural más afirmativa y construyen mejores expectativas sobre su vida, más cercanas a la de sus pares urbanos que a la de sus padres y madres. El plan y los retos deben continuar, se ha avanzado un montón en los sueños grandes, es tiempo de construir, nos estamos moviendo constantemente y a ritmo de meteorito. Hay que transformarnos, hay que tener más cuidado con nuestra formación superior.

 

 

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA:

Foro Desafíos para la inclusión educativa, la transitabilidad y el derecho al trabajo de la juventud rural, llevado a cabo el 12 de agosto de 2021. Link del foro: https://fb.watch/90nk0nXlIl/ / Agronomos y veterinarios sin fronteras.

 

 

 

 

 

 



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