foto
foto1
foto2
foto3
foto4
foto5

Testomonio Johana Elizalde


¡CLARO QUE SÍ PODÍA! Aún no la veía, pero ella estaba sentada en su mecedora mientras caía la tarde. Revisaba las últimas páginas de una revista de esas que cuentan chismes. Ensimismada tal vez en sus pensamientos, con su pesada barriga de varios meses, de una niña que quería asomarse al mundo. Estaba débil por la enfermedad física de sentir tristeza de un embarazo sin compañía y porque tenía varias bocas que alimentar. Yo vine al mundo, un día en que se asomaba la nostalgia. Un lazo que me unió a mi madre sin desearlo. Mientras, mi padre se divertía y pasaba su tiempo en actos de placer mundano. Lágrimas en lugar de voz fue mi alumbramiento en este mundo. Lo que más deseaba era levantar mis manos y agarrar un juguete en ese cielo amarillo y naranja. Pero, ni el mayor salto me permitió con mi disfraz de mujer maravilla, alcanzar el pequeño avión que se divisaba en el cielo. ¡No puedes Johana, me decían, eres muy pequeña! En una cartilla llena de formas y colores, reposaban las grafías de lectura de la primera infancia., Amaba las ilustraciones, trazaba y trazaba las líneas con el lápiz que acariciaba la hoja de papel ¡Qué bonita la niña que pinta con la mano izquierda! Haz el dibujo del payaso para el salón de clase. ¡No puedes Johana, me decían, aún no sabes dibujar! Me gustaba verlo rebotar y girar en el aire, parecía un remolino invisible que se estrellaba en el tablero. La competencia era fuerte, había que llegar al cesto, las gotas de sudor presagiaban un buen juego. Hay que entrenar. Hay que luchar, solo escuchaba. ¡Johana no puedes jugar como niño! ¡las niñas no son bruscas! Apenas se asomaron bajo mi vestido de flores los primeros retoños de la pubertad, redondeados y pequeños, caminé por el pueblito con la sonrisa a flor de piel y la nueva figura de líneas curvas. Era un buen día para estar feliz, pero las flores se marchitaron. El día se hizo gris, con la feroz mortandad de palabras obscenas, ¡de gestos torcidos de un delirio sexual expresado por un transeúnte! Johana no puedes vestirte así, provocas a los hombres! No sé si era realidad o fantasía o si era un puente misterioso, pero sólo buscaba estar entre los libros y reposar en el canto de los versos, aunque no los entendiera. Sólo quería coleccionarlos, leerlos y revisarlos, como queriendo exprimir los últimos hilos de la existencia. ¡Escribía en algunas hojas de rayas desgastadas, pero quedaban rotas una a una porque nada era suficiente!, Johana no puedes escribir, ¡no puedes pintar! ¡te vas a morir de hambre! Cierra las piernas cuándo te sientes. Amárrate ese pelo en un moño porque estás despelucada y tu cabello es rebelde. Creo que siempre lo fui como mis cabellos. "-Eres débil, no llores. -No compitas, eso es de hombres, no es de niñas, vas a perder. -No grites, las niñas hablan bajito. -Tienes que ir al colegio. -Tienes que sacar las mejores notas." (que jamás me sirvieron para enfrentar el verdadero mundo). ¿Cómo decirle todo eso a una niña que se escapaba a la biblioteca para descubrir el mundo y quería atrapar un rayo de luz entre sus manos? ¡CLARO QUE SÍ PODÍA! Johana Elizalde Gómez, Colombia, octubre, 2022




INSTITUTO DE PROMOCIÓN ECONÓMICO SOCIAL DEL URUGUAY (IPRU)
Dirección: Colonia 2069. Montevideo, Uruguay.
Email: ipru@ipru-uruguay.org
Teléfono: (598) 2408 9158
foto